Esta es la parte final de la trilogía en donde el héroe Arn Magnusson regresa a su país natal en el norte de Europa y es recibido como un ídolo, incluso maximizado a una leyenda que había derrotado a cientos de miles de musulmanes con unos pocos templarios. La trama narra las implicaciones políticas por el poder de las familias nórdicas, lo complicado de las intrigas entre el clero y los reyes y lo importante de los matrimonios entre poderosos para obtener más tierras. Así como sus predecesoras, esta parte incluye una narrativa impecable, típico de Jan Guillou, en donde ésta se vuelve adictiva y no dejas de leer hasta que los ojos te empiezan a llorar.
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